26 julio 2009

2 En el Hotel: Alfonso Caballero


"Soy de los que consideran que la Hotelería es un Arte"

De Sevilla, o de Triana, lo importante es que hoy Silken tiene oro en sus manos, tiene a Alfonso Caballero.

Cuando me preguntan qué línea se debe seguir para ser un director de hotel siempre digo que hay factores irrenunciables como la vocación. A eso hay que unirle una buena formación académica, prácticas en hotelería, experiencia laboral, más formación, y una mixtura de capacidad de trabajo con ambición en su justa medida. Pués Alfonso reúne todas estas cualidades y además es un camaleónico RRPP. Perfecto.

Un dia llegó al hotel que yo dirigía un chico con un acento de Triana y desparpajo sublime, venía de prácticas. Desde el principio se dejó notar. Terminó trabajando en el hotel y llegó a ser Jefe de Animación. Mientras trabajaba con nosotros, tuve la suerte de ser su profesor en el Master de Dirección de Hoteles de EUSA. Magnífico también como alumno. De ahí a llevar la comercialización del hotel todo fue un paso. Rápidamente conoció el sector de la turoperación turística. Dio el salto a Silken y raudo se hizo con la responsabilidad comercial de la cadena para la zona centro de la península, lo cual nos dice mucho de esta cadena vasca y del porqué de su perfecta visión al elegir hoteles y personal.

En definitiva, alguien que no paraba de preguntar con una sed insaciable de conocimientos se ha convertido con el tiempo en la persona a la que hoy recurro para consultar alguna que otra laguna, que tenerlas, las tengo. Una suerte.
Alfonso Caballero, magnífico presente, mejor futuro.

¿Se nace o se forja el hotelero?

Hoteleros puede haber muchos, que a base de trabajo y conocimientos consigan forjar una buena trayectoria profesional, pero el buen hotelero o buen gestor de hoteles nace desde la vocación, que es verdaderamente el que ama esta profesión.
Soy de los que consideran que la Hotelería es un Arte.

¿Cómo describirías tu trayectoria?

Siempre he tenido muy claro que quería desarrollarme profesionalmente en departamentos donde disfrutara con mi trabajo, y donde por mi perfil comercial, pudiera desarrollar más mi potencial, de ahí el empezar trabajando en el Dpto. de Animación. Como bien me enseñaste, la Animación de un Hotel no deja de ser el primer departamento comercial del mismo o RRPP, lo único que cambia es el bañador y las zapatillas, por el traje y la corbata. Me siento un afortunado por haber trabajado siempre en lo que me ha gustado, y eso es un privilegio que poca gente puede decir. Además, he de decir que la Animación te dota de una gran psicología con el cliente, difícil de alcanzar en otros departamentos.

¿Cambia mucho la dirección comercial del hotel vacacional al urbano?

Por una parte sí, pero por otra no.
Cambia desde el momento en el que el cliente es distinto, y por lo tanto tiene otras necesidades, es decir busca otro producto, por lo tanto tendrás que enfocar tu política comercial de otra manera. Sería impensable a día de hoy un hotel urbano sin WIFI; sin embargo esta opción en un vacacional es muy prescindible.
No obstante, en ambas tienes que buscar adecuar tu producto con el fin de cumplir las expectativas del cliente, que al fin y al cabo es la máxima de cualquier hotel esté donde esté ubicado.

¿Y de trabajar en un hotel independiente a una gran cadena como Silken?

El cambio en este sentido sí es grande.
Un hotel independiente te permite obtener una visión más global del establecimiento, así como profundizar más en otros departamentos, mientras que una cadena hotelera te permite especializarte en un puesto o departamento en concreto.
Por otro lado al no disponer de los mismos recursos frente al mercado, en el hotel independiente debes ser más flexible e innovador en tu política, mientras que en una cadena los procedimientos de actuación están previamente marcados, basados en un estudio previo.

El producto es importante. ¿En qué aportas tu grano exclusivo a la cadena?

Por suerte en España tenemos una planta hotelera envidiable, por lo que es difícil encontrar un producto malo. Como en todo, personalizar el servicio te hace diferente.
Esto no cambia en la venta, ya que si al factor profesional (un buen producto), le unes buena parte de factor humano (relación cercana y personal) tendrás muchas posibilidades de éxito. Siempre intento llegar a la persona, independientemente de cuál sea el negocio.

Alguien tan joven y con ese futuro…¿Algún proyecto nuevo que se pueda contar?

De momento estamos asentando la nueva estructura comercial de Silken, en la que hemos creado delegaciones comerciales por toda España, y en la que estamos obteniendo unos resultados magníficos, a pesar de la dificultad en la coyuntura actual del mercado.
La cadena esta creciendo con unas líneas de actuación muy claras y coherentes, y si me permite seguir creciendo con ella estaré absolutamente encantado.

¿Se me olvida algo?

Por supuesto, para finalizar me gustaría puntualizar algo, y es que he tenido la suerte de poder rodearme de magníficos profesionales a lo largo de mi trayectoria profesional, los cuales me han aportado sus conocimientos y me han permitido formar parte de ilusionantes proyectos y grandes hoteles como son el Hotel Carabela Club y el Hotel Silken Al Andalus Palace, por lo que principalmente dar las gracias a Marino Elorza, Javier García y por supuesto a ti Alejandro Berdejo, por creer en mí y por dejarme aportar mi granito de arena.

Gracias a tí Alfonso. Lo dicho, Alfonso Caballero, ORO en Silken.

06 julio 2009

5 En el Hotel: Sentimiento Carabela


Cuántas veces habremos escuchado la palabra "fidelizar". Cuántas otras nos hemos preguntado cuáles son las teclas que hacen que una persona repita y repita en un hotel año tras año. Y pocos que lo consiguen, pero ellos son los mágicos, los hoteles que consiguen cambiar el chip del viajero y convertirlo en uno más del establecimiento. Éste es el caso del Hotel Carabela Club. Sentimiento Carabela.



viajero, ra.
1. adj. Que viaja. Apl. a pers., u. m. c. s.
2. m. y f. Persona que relata un viaje.


Pues según la acepción del Diccionario de la Real Academia de la Lengua siguen siendo viajeros porque viajan. Y, sobre todo, porque cuentan lo que ven y viven al viajar. Pero no lo tendría tan claro si, como ellos dicen, "vamos a casa". Y en el Caso del Hotel Carabela Club, además los hacen "trabajar" como comerciales del propio establecimiento. El que una empresa tenga claro al target al que se dirige es fundamental. El que ese target sepa corresponderles es una meta. El que ambos compartan un sentimiento es un sueño.

Índices de fidelización del 29% en la segunda de Julio. Niños que piden cada año venir si sacan buenas notas. Padres que llaman al director en invierno para que le diga al niño que si no come no irá ese verano. Habitaciones que se hacen de salida sólo para que cambie el padre por la madre en familias monoparentales, porque los hijos siguen estando en “casa”. No son invenciones, son casos diarios.

¿Cómo se consigue? Teniendo una plantilla absolutamente implicada en lo que hacen. Personas que se formaron unos con otros en un objetivo que sólo podía ser agradar a los clientes. Sabían que quizás no eran el cinco estrellas soñado, pero de igual modo sabían que sólo ellos podían hacer del hotel un “cinco estrellas” para padres e hijos. Y lo consiguieron; es más, lo consiguen día a día, y hoy con ese personal, sin el cual este hotel sería otro buen hotel, pasa a ser el HOTEL especial, el hotel que cuenta, según la definición de su equipo, con el “SENTIMIENTO CARABELA”

Ese es el punto fuerte de la fidelización, fidelizar antes al cliente interno. Al que trabaja en buena armonía y sabe transmitírselo al cliente externo. Al que entiende que no es un negocio de una familia, sino que, en parte, y mucha, es suyo también. Al que a veces con mentiras piadosas dice que tiene que trabajar sólo por estar al lado de sus compañeros en fechas comprometidas. Al que, en definitiva, viene el día de Santa Marta a celebrarlo con sus compañeros aunque haga diez años que no trabaja allí. A esos que fueron recepcionistas, animadores, camareros, y hoy son directores, subdirectores, jefes de sala, empresarios, pero sobre todo, hermanos de sentimiento.
A esos magníficos trabajadores que han pasado, y a los que siguen estando y, en definitiva, a todos los que son partícipes de ese pellizco mágico que es el “SENTIMIENTO CARABELA” , GRACIAS, de todo corazón de mi parte y de todos los clientes que hoy siguen y siguen repitiendo que el Hotel Carabela Club de Matalascañas es su casa, por hacer de la amabalidad, cariño y servicio un ARTE.
 

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