Si tuviera que definir la primera sensación al ver el edificio es de paz saludable. El blanco, sólo roto con detalles y por los uniformes negros de inspiración oriental, deja una particular sensación de espiritualidad zen, únicamente perturbada por la amable bienvenida de Graciela, mujer del fundador, y de Erika, la sonrisa que te da la bienvenida y la despedida de este reducto de la Playa de Albir, a escasos metros de Altea, Alicante.
El check-in en la propia habitación, explicándote cómo la última tecnología en domótica no romperá tu silencio si no es por una relajante música que ella se encarga de poner al amanecer.
La decoración perfecta, de un minimalismo medido, buscado, logrado, no un "minimalismo" de ya no queda para detalles. Guardarropa, baño comodísimo con ducha, para baños ya tenemos un hidromasaje orientado hacia el atardecer para dos cómodas plazas en la gigantesca terraza con vistas al mar, la montaña, Altea... una delicia.
La zona de piscina es paz, agua, tonos blancos; en ella la interiorista Elvira Blanco Montenegro ha puesto el punto perfecto al diseño del arquitecto Gilardi. Blancos y grises se funden con el azul de la piscina y del mar, que a su vez hacen de perfecto contrapunto de verde de la Sierra Helada y del césped de los putting green y la pista de pádel.
El restaurante-bar se antoja perezoso sobre este espacio, y los zumos naturales se relajan en su aparición frecuentemente, quizás es ahí donde nos damos cuenta de que no es un hotel, de que es una clínica y como tal se organiza.
El SHA Wellness Clinic es obra de la Familia Bataller. Es más, es el fruto del homenaje espiritual que nos hace Don Alfredo Bataller como guiño a su experiencia personal. Aquejado de una grave enfermedad, sólo le queda recurrir a la medicina en principio menos occidental, la macrobiótica, y se encontró con una forma de vida que transformó, además de su salud, su espíritu. Hoy sólo la lucha de esta persona, unida al trabajo de una familia que cree y labora por un proyecto común, dan cimientos al referente macrobiótico en el mundo, y a una de las clínicas del bienestar mas impresionantes del planeta. La prestigiosa revista Style le concede un 9,5 sobre 10 por encima del Dior Institut parisino, ahí es nada.
Dentro de SHA Wellness Clinic nos encontraremos con el LIFE_LEARNING CENTRE, que nos enseñará a extrapolar nuestras experiencias dentro de SHA a nuestro hogar. Así, tendremos desde clases de relajación a clases de cocina macrobiótica, pasando por yoga o Tai-chi.
El HEALTHY-AGEING nos intentará controlar el ritmo de vida para hacer ralentizar nuestro envejecimiento lo que unido a la ESTETICA_SHA nos da como clave una mejor calidad de vida interior y exterior.
No es una clínica de adelgazamiento, no es un hotel de lujo, no es un Spa, es muchísimo más, es SHA. El sueño que Don Alfredo Bataller tuvo a bien compartir con nosotros, y convertirlo en un regalo de paz y belleza en la que nos pondrán las primeras piedras de nuestro mañana. Porque os aseguro que habrá un antes y un después de SHA.
Lo mejor: Todo en general. La sana sensación que se respira en sus rincones. La paz, la espiritualidad, los paisajes, todo. La macrobiotica, su descubrimiento por el que escribe. El soberbio trabajo de la interiorista Elvira Blanco Montenegro, un espectáculo sólo superado por su calidad humana. La paz que transmite la credibilidad de la experiencia de Don Alfredo Bataller, sus palabras y su fe en el proyecto.
Lo peor: Nada, si acaso, y ya que coincidió la inaguración oficial con las fechas en las que asistí, lo verde que estuvieron en las relaciones públicas y protocolo. Nada que no se pueda perdonar.
Y antes de despedirme os querría poner un enlace a su página en internet y a su folleto, el cual os ruego disfrutéis ya que merece la pena.
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